A letter from April 8th, 2020

Dear FutureMe, El mundo es una mierda. Y todos lo sabemos. Pero siento que especialmente el mío lo es. Yo. Mi calle. Mi ciudad. Mi país. Hago lo mismo todos los días. Tengo los mismos pensamientos horribles todos los días. He pensado en cómo me suicidaría; qué venas cortaría, qué pastillas cortaría. Pero también he pensado en el futuro. Me aterroriza quedarme aquí y ser una persona promedio que se levante un día a sus cuarentas y odie en quién se convirtió. Me da tanto miedo que ni siquiera puedo hacer las cosas. No puedo hablar en público. Siempre quiero sentirme especial. Acumulo montones de conocimiento para contrarrestar mi falta de confianza en mí misma, aunque nunca es suficiente. Odio mis pies. Odio mis dedos. Odio mis brazos. Odio mi cabello natural. Odio mi cara. Odio no poder entender matemática. Odio no poder comer sal. Odio sangrar la misma cantidad de sangre que Drácula tomó toda su vida en una noche. Odio siempre querer escribir y hablar de una forma y con un vocabulario para parecer más inteligente y/o culta. Odio tener tre amigas que me avergüenzan. Odio no gustarle a los chicos. Odio leer para leer mierdas. Odio no der delgada. Odio no poder hacer o comprar cosas sólo porque vivo en Perú. Odio tenerle miedo a un "no". Odio querer que alguien me diga que tengo depresión o ansiedad para ser más "interesante". Odio no bailar. Odio no intentar actuar. Odio mis alergias. No hay ningún aspecto de mi vida que me agrade, y me gustaría poder pensar que lo que tengo es suficiente. Odio mis dolores. Soy superficial, no sobre el físico, sobre la inteligencia. Lo odio. Odio sólo saber dos idiomas. Odio tener que vestirme de determinada manera porque vivo en Perú. ¿Todo sería más fácil si no existiera? No sé qué pasaría. Odio que sea tan fácil que me pueda fiar de la gente. Odio no ser suficiente para mí misma. Quiero encontrar a alguien que me ayude. Nunca me han gustado los psicólogos a los que me han llevado mis padres. Ella cree que tiene que llevarle porque me siento mal por mi riñón y mis úteros, pero es porque odio mi mundo. No sé cuánto más dure así, pero necesito contarle todo esto a alguien. Pero voy a tener que aguantarme, al menos hasta que pase el Coronavirus. Es raro querer que me digan que tengo depresión y al mismo tiempo querer arrancarme el cerebro y dejar de sentir. Nunca llegué al autolesión, sólo tal vez rascarme mucho el brazo y que me doliera. Aunque sí he pensado en cortarme, no podría contar con mis dedos cuántas veces.