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Querido André del futuro:
Quiero que sepas lo profundamente orgulloso que me siento de ti. Prometiste que sería un gran año -cueste lo que cueste-, y le hiciste honor. Lograste reivindicarte, lograste sacar adelante un inicio de año no tan bueno, pero que te sirvió de motivación para dejar atrás miedos y vicios, los cuales sentías que te autodestruían. Ahora mismo estoy muy tranquilo, porque no solamente he trabajado desde lo personal, sino que también alcancé ciertos objetivos académicos, tales como estar en el tercio superior, e incluso ser el primer puesto del salón. Asimismo, terminé mi hermosa etapa en El Cultural como estudiante, a la cual complementé con estudio autodidacta y me siento mucho más que listo para rendir el examen TOEFL y obtener un resultado de nivel C1. Algo que, por supuesto, no quiero dejar pasar por alto, es el cambio físico. Asistí regularmente al gimnasio de la universidad y he perdido alrededor de 20 kilos, acompañado de una alimentación muy saciante pero balanceada. Dormí mejor que nunca, con la ayuda de Sleep Cycle. Tengo el cabello largo, sostenido con una diadema y me veo bien; me gusta lo que veo en el espejo. Estoy bien, económicamente. He ahorrado lo suficiente como para irme de compras (ropa, aseo personal, limpieza y algún que otro gusto, como algo relacionado a los videojuegos e incluso salir a comer con Ana). En líneas generales, soy una persona mucho más ordenada, disciplinada e íntegra. No pienso parar y en estos momentos ya tengo claro lo que falta pulir y conseguir. Ahora me percibo como alguien muy capaz. A seguir trabajando, campeón.
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