A letter from Feb 05, 2024

Dear FutureMe, A lunes 5 de febrero de 2024, a las 00:42 horas, acabas de leer la carta que te enviaste pocos días después de cumplir 18 años, el 31 de agosto de 2022, para que la leyese nuestro yo que cumplía 19 años en 2023. Por alguna razón nunca me llegó la notificación; vine a leer la carta de casualidad. Espero que esta carta sea leída a su preciso tiempo. 20 de agosto 2023. Nos encontrábamos en Holanda, lo que significa que, en efecto, pudiste cumplir un sueño. Quizá no en el país que pensabas, pero poco tardaste en darte cuenta de la bendición que era. En la época en que escribiste la carta aún estabas esperando una respuesta por parte de AFS, la cual resultó negativa. Luego de explorar tus opciones, preferiste arriesgarte y cambiar de organización - YFU. Partiste a Holanda un 21 de enero de 2023. El resto es historia. Un día antes de nuestro cumpleaños, el 19 de agosto, nos llegaron flores de un irlandés con el que ya llevabámos tiempo conversando. No tenemos recuerdos de que te hayan llegado flores antes de eso, y el hecho de que él se hubiese tomado el tiempo de, estando en Irlanda, buscar un sitio en Hoorn que envíe flores a domicilio, es algo que siempre tendremos presente en nuestro corazón. Marat llegó de Irlanda el 30 de septiembre, y ustedes se conocieron (y formalizaron) el 8 de octubre. Tu familia holandesa jamás supo nada. Nunca te orgulleciste de eso. Pero ustedes dos se encargaron de hacer esos meses lo mejor que pudieron, con lo que pudieron. Se vieron un par de veces en Amster*** y Utrecht, y finalmente viajamos a Groningen para verlo pocos días antes de regresar a Chile. Fue realmente un período mágico al lado de una persona que realmente nos amaba. Volvimos a Chile, y junto a Marat intentamos mantener una relación a distancia. Todo iba decentemente bien durante el primer mes, aunque hubieron dificultades para comunicarse, ya que al tiempo nosotras fuimos a Argentina, él a Irlanda y luego a Polonia, luego pasamos un fin de semana en Viña con nuestros amigos, y finalmente llegaron Adonis y Kathley a Santiago. El tiempo que podían comunicarse bien era limitado. En el momento en que escribiste la primera carta, te encontrabas muy dolida, ya que Adonis había partido a Bélgica y tú no sabías cuándo sería la siguiente vez que lo pudieses ver. Claro, la posibilidad no existía en ese entonces, ya que estarían en continentes distintos. Pero una vez que supiste que te ibas a Holanda, esa esperanza floreció de nuevo. Y así fue. Se vieron un par de veces estando en Europa, tanto en Holanda como en Bélgica. Recuerdo la primera vez que nos vimos, cuando él pasó un fin de semana en tu casa de Holanda. Recuerdo también haberme sentido tan viva al lado suyo, pero tan triste la primera noche al inundarme un sentimiento de insuficiencia luego de haber tenido relaciones con él. No sé de dónde surgió, creo que a partir del hecho de que él no acabó (...como si yo alguna vez lo hubiese hecho), solo recuerdo que no lo disfruté como lo imaginaba en mi mente. Pero decidí ignorarlo y seguir pasándolo bien con él. La primera noche sin él fue dura. La cama se sentía vacía y yo de inmediato comencé a extrañarlo. A la madrugada siguiente nos íbamos para Austria, y recuerdo haber dormido apenas un par de horas. Al llegar a Austria luego de un largo día viajando, al irme a la cama con Myrthe, le dije que creía que siempre iba a estar enamorada de él. Dicho y "hecho", estuve varios meses más enganchada de él. Me tenía alrededor de su dedo, comiendo de la palma de su mano. Y él lo sabía. Decía que no quería dañarme y que hacía lo posible para no hacerlo. Quiero creer que fue así, que sus intenciones fueron buenas. La ejecución, sin embargo, sí que me hacía daño. En fin. Pasaron meses, seguíamos hablando, nos vimos un par de veces. Hasta que al planear un viaje a París, no le dije nada y lo planeé con Myrthe. Recuerdo que fue porque debía elegirla a ella esta vez, luego de haber puesto a Adonis por sobre lo que ella necesitaba, pero no fui lo suficientemente valiente para decírselo a él a la cara. Por lo mismo, en su momento quedó la cagá. Él se sentía imponente, como que no me importaba él. Mentiría si dijera que recuerdo lo que pasó, y tampoco tengo ganas de mirar esos chats. Pero las cosas no habían quedado bien. También alrededor de junio/julio, cuando me había invitado a su prom y había visto mil cosas para poder asistir, y al final me dijo que no quedaba espacio en el auto. Después de eso, nos alejamos, y entre medio conocí a Marat. Luego de un tiempo yo estaba convencida de que Adonis ya no era una parte de mi vida y ya no estaba metido en mi cabeza. No sé si habrá sido así completamente - después de lo que hice, me dije casi con total seguridad que me mentí a mí misma. Ahora que pasó un tiempo, la verdad que no lo sé. Quizá, simplemente, me faltó darme un tiempo antes de entregarme a otra persona. ¿Por qué digo esto? Estoy segura que lo recuerdas, pero te haré un resumen. 8 de enero, llegaron los Aguirre a casa. Yo no quería nada más que una amistad con Adonis, sin embargo, en el transcurso del primer día, se me acercaba cada vez más. Hasta que llegó la noche y, luego de un día intenso, lleno de emociones que pensé que se habían ido y luego de palabras que me endulzaron el oído, lo besé. Sentí que lo había extrañado por años a la vez que me sentí la persona más egoísta de la galaxia. Los días siguientes fueron duros. Sobre todo, el día siguiente, en el cual me sentí brutalmente ignorada por él, además de tener que ver cómo se joteaba a la amiga austriaca de Illary, teniendo que guardarme todo eso, ya que en teoría yo estaba pololeando. Prontamente me di cuenta que Adonis hacía mucho que no sacaba la mejor versión de mí, sino que todo lo contrario. Sacaba una versión que creí haber enterrado en el pasado. Una versión celosa, insegura, maniaca, egoísta - sí, me cuesta ver más allá de mis propios pies cuando estoy con él. Quiero pensar que no es así. Pero hasta el día de hoy no sé por qué me convierto tanto estando alrededor suyo. Y se lo dije. Le dije que me hace más bien que mal. Implícitamente estaba incluido eso, pero también me refería a la manera en que sentía que jugaba con mi corazón y mis sentimientos, aunque, como dije, quiero pensar que no lo hace adrede realmente. Tuve que contarle a Marat cuando llegué a Punta Cana, lejos de Adonis. Llevó, naturalmente, al fin de nuestra relación. Mucho hablar de lo que pasó. A lo que quiero llegar ahora es que, incluso en el momento en que ocurrieron estos hechos, hace ya casi un mes, por un tiempo volvió esa desesperación de pensar que nunca iba a poder superar a Adonis. Mal que mal, además de eso, cagué una relación hermosa con un hombre de verdad, que me respetaba y me quería. Los sentimientos eran muy intensos. Me sentía casi que atrapada. Por eso también me cuestioné que quizá nunca lo había superado, que quizá me había mentido a mí misma. A día de hoy, no creo que me haya mentido. Lo que sí pienso, lo que sí sé, es que me precipité mucho. No me di cuenta del tiempo que debía dejar pasar, y recurrí a "sacar un clavo con otro", sin hacerlo adrede, pero haciéndolo al fin y al cabo. Solo me llevó a dañarnos a ambos. Pero hoy, creo que puedo decir que ya no siento nada por Adonis. O quizá, no es que no sea nada, pero ya no pienso en él ni me duele ver sus fotos de la manera que pensar en Marat o ver nuestras fotos lo hace. Yo lo sabía, y aún así decidí "seguir mi corazón", dejarme llevar, cuando la realidad es que solo estaba siendo cegada por alguien igual o más sediento de amor que yo. Y es que esa es la verdad. Me costaba mucho ver defectos en Adonis, pero creo realmente que tiene mi mismo problema. Y, aunque la culpa haya sido mía, aunque yo haya sido la responsable de arruinar MI relación, no quita el hecho de que él lo sabía, y de que se lo había dicho. Pero está bien. Me deja un poco más tranquila aunque sea el saber que ya no tengo ese sentimiento que me encadenaba a su existencia y condicionaba la mía. Aunque, de cierta forma, aún lo está haciendo, porque yo lo permití de esa manera. Miércoles 21 de febrero, 23:18 Me encuentro ahora en Pucón. He estado aquí por dos semanas, y mañana nos dirigimos a Bariloche. No había terminado esta carta primero porque tenía sueño y no sabía bien cómo continuar, y luego porque simplemente no quería. Pero ya es hora. Respecto a mi situación con Marat, han habido muchísimos altibajos en lo que concierne a mi lado emocional y a mi lado racional. Naturalmente no le he hablado por más que mi corazón hubiese querido hacerlo mil veces. Incluso, lo bloqueé, porque me hacía muy mal seguir viéndolo cuando no podía tenerlo. Aún así, como soy medio idiota, stalkeo su perfil de vez en cuando. Creo que tiene una nueva pinche griega por ahí. No lo sé. Pero me siento jodidamente egoísta, la verdad. Por más que me gustaría decir que espero que siga adelante con su vida, sería mentira. Porque me está costando mucho dejarlo ir y soltar la idea de que estaremos juntos - nunca va a pasar. Pero lo bueno de haberla cagado así de feo es que estoy aprendiendo mucho. La primera conclusión que saqué en su momento fue que necesito aprender a estar sola. No mentiré, sobre todo las primeras semanas fue muy difícil hacerle frente al hecho de que debo saber cómo estar conmigo misma, y tanto consciente como inconscientemente me sedientaba por la atención masculina. Ahora, por más que a veces me atrapo mirando a chicos esperando que me miren de vuelta y coquetear con la mirada, la verdad es que creo que estoy terminando de aceptar que NO puedo estar con nadie, tanto romántica como ***********, si es que quiero construir la mejor versión de mí misma y entregarle lo mejor de mí al próximo hombre que venga a mi vida. Así que he decidido practicar el celibato por la cantidad de tiempo que me parezca adecuada hasta que vuelva a estar disponible emocionalmente. No está siendo cómodo, por lo tanto no está siendo fácil... toda mi adolescencia me he visto involucrada con hombres. Pero ya era hora de dejar que la vida me enseñe valiosas lecciones, que a su tiempo me convertirán en una mujer realmente valiosa. Me pregunto cuál será la situación de la Ornella que esté leyendo esta carta. Para tu cumpleaños número 21 estarás recibiendo una carta de la Ornella de 19 años y de la de 15. Me pica mucho la curiosidad por saber qué quería decirte esa pequeña piriwina que ya llevaba un mes encerrada; me imagino que mucho tendrá que ver con eso. Aunque ahora que me fijé en la miserable cantidad de palabras que contiene la carta (115), ya no espero demasiado. Pero te contaré qué visión de ti tiene la Ornella que te escribe esta carta. Primero que nada, te veo disfrutando tus últimas semanas de vacaciones antes de empezar tu segundo año de Terapia Ocupacional en Ámster***. Qué loquísimo, poder decir que vives y estudias en Ámster*** es un real flex. No tengo ninguna duda de que las cosas irán a tu favor, ya que tienes todo para lograrlo, y te has esforzado para llegar a ese lugar. Luego me irás contando qué has hecho durante el verano y cuántas veces has ido a visitar a tu familia en lo que te mudaste para allá, o viceversa. También te veo, finalmente (y esta vez DE VERDAD), fluida en neerlandés. Ya, todos me dicen que sí soy fluida. Pero la verdad que siento que me faltan años luz para eso. Aunque tampoco lo veo como algo malo, al final, estamos para aprender, ¿no? También espero que ya te sepas valorar más. Que sepas poner límites y estándares principalmente en lo que a hombres se refiere. Trabaja duro para conseguirlo, por favor... ¿Será que en un año y medio por fin lo logras? Espero, por sobre todo, que seas feliz. Que sigas construyendo con cada día, semana, mes, año, el camino por el cual quieres ir. Aunque ya no me sienta una adolescente, tampoco sé qué significará ser un adulto; creo que tú, sin embargo, ya lo entiendes aunque sea un poco mejor que yo. Pero no te preocupes, sé que es irreal ponerte el peso de tener la vida resuelta a los 21, tampoco se trata de eso, simplemente de saber hacia dónde vas y que estés disfrutando el proceso. Te quiero, creo que más de lo que piensas. Cuídate y quiérete, tanto a ti como al resto de personas. No seras egoísta. Ama. Crece. Sé. Besitos xx