Cumplí veinticinco y me pasaron cosas, desde el último mail repetí el proceso interminable de limpiar la casa de mi mamá. Ésta vez con una cámara para distraerme y un catre para alejarme de todo lo demás. Pasar septiembre en México hizo que todo el calendario cambiara, como la huelga de guionistas del 2008 y ahora no sé cuándo termina la temporada, porque después volví y pasé año nuevo en el sur como nunca antes y concreté la experiencia de la navidad caliente en casa de Nitzan hablando con su mamá y a la semana cenando con los amigos de chiso, bailando con lluvia en parque centenario y al mes ya estaba saliendo sin papeles y con prisa para encontrarme al chato en lisboa a pesar que desde entonces se sentía la incertidumbre del rodaje imposible.
Pasé por Lisboa y ví a Ietza y conocí a su amigo ruso, en Vigo conocí a Mauro Bordallo y fumamos crack, en Santiago conocí a Lautaro y su Troupe, a Zarauza, a la gallega, a una tal Valeria la misma noche, en Sarria a Manolo y su escuela; en Madrid a un tipo desnudo (o dos) en Barcelona vimos a Julieta y nos quedamos con Julia, conocimos a Luca y al novio de Laura, bebimos varias cervezas con el amigo Roberto. Nos metimos al cráter. En Ferrania nos dio aventón Simone Panebianco y llegando a India todo se hace más confuso, el tiempo se distiende y no puedo seguir una línea bien definida, pero sin duda permanecen el alien, una francesa hermosa, las gitanas y otro italiano hippie. Volví a Italia, volví a Madrid, volví al df que ya no se llama así, volví a Buenos Aires con un sobre consular hace prácticamente un mes. He pensado en Ragnhild, he hecho el spot de Mansion Boero y mucho Chai, para recordar todo esto aunque sea sensorialmente. Este fin de semana fui a casa de Cami Folch donde tomamos mucho vino el viernes, a la fiesta de Bob Dylan en Dorrego 1588 donde estaba Tati el sábado y a casa de Andrés a ver dos finales: Argentina Chile y Game of Thrones el domingo. Perdí mi kindle así que estoy comprando libros que también pierdo como el de Qué significa partir? de JL Nancy. Estoy leyendo Prisión Perpetua de Piglia, el anti-edipo comentado por skype, un cómic ensayo y poemas de Salvador Elizondo. (preparo un poemario) Mientras escribía esta carta comimos Alitas con puré hechas por Mario.
Me quedan pocos meses para cambiar mi vida a los veinticinco. O tal vez ya sucedió.
Sign in to FutureMe
or use your email address
Create an account
or use your email address
FutureMe uses cookies.
Learn how we use cookies to improve your experience by reviewing our Terms of Service
Share this FutureMe letter
Copy the link to your clipboard:
Or share directly via social media:
Why is this inappropriate?